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Taller de escritura

En este espacio son publicados muchos de los cuentos y poemas que realizamos en los diferentes chats.

JEAN

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Jean se levanto de repente, no podía quitarse la sensación de peligro que la rodeaba, la luz era clara, y las formas definidas. Debía de ser como mediodía, pero no se podía acordar que día era. ¿Por qué no la habían despertado sus padres? Ellos solían despertar temprano incluso los fines de semana. Se acercó al calendario, lunes, que extraño. Miro por la ventana y afuera brillaban las estrellas en el cielo negro. Pero dentro de la habitación parecía de día, se acercó al espejo y su cabello castaño ahora brillaba en negro, su piel antes morena por el sol de verano estaba blanca como la leche y desprendía un brillo dorado. 

 

Ese brillo dorado era josh (su mejor amigo), Jean asustada recordó que josh se había suicidado en la entrada de su colegio y siente y cree que fue ella quien lo mató ya que el un dia antes de su suicidio le pidió que le ayudara con los problemas familiares que tiene en su casa pero Jean decidió ignorarlo desde ese dia ella tiene la sensación de estar con él ya que Josh fue y sera el amor de su vida, al darse cuenta que era el se lanzo a abrazarlo y a besarlo pero… pero esperen un minuto, eso era lo que ella quería creer, se engañaba a sí misma y quería creer que por eso había muerto Josh, ella sabía lo que había hecho, ella sabía que había tomado una vida, ella con sus manos y lágrimas había logrado parar la respiración, parar los latidos, aunque, esto es un secreto, es un suicidio que esconde un asesinato, desde ese día la paranoia invadió su mente. 

 

Cualquier movimiento para ella significaba la venganza de Josh, aún estando muerto no podía dejar de pensar en él, lo que estaba sucediendo era parte de un plan malévolo para enloquecerla, si no es que ya esta loca, era un sueño, o una realidad, era este mundo o tal vez un portal, había despertado en un mundo, un momento y una vida diferente, no era ella ese no era su cuerpo, ese no era su hogar, y donde sea que estaba ella lo tenía que averiguar, calculó la posibilidad de estar en otra dimensión, parecía imposible pero para ese entonces ya nada lo era; temía correr el mismo destino de su difunto amigo, temía creer que la próxima cama donde se acostaría fuera su tumba, en resumen temía, temía por su vida, en un minuto pasaron tantos pensamientos por su cabeza que creía que explotaría, estaba atrapada en su mente hasta que escucho un ruido, ligero, pero eso demostraba que no estaba sola, caminó hasta la puerta volteo hacia derecha y encontró, encontró la chica que era antes esa chica  con cabello castaño y piel morena, ahí estaba, inmóvil y con movimientos muy ligeros,    quiso tocarla, saber por que estaban pasando todas estas cosas, porque acababa de ver a su mejor amigo, al cual le había cortado las muñecas, sentía culpa mezclada con miedo y no sabía que sentimiento era más fuerte. 

 

Creía que se había vuelto loca, que todo era un sueño, que toda su vida había sido un engaño, y que en realidad estaba acostada en su cama esperando que sus padres la despertaran y luego ir a ver a Josh aunque en lo más profundo de su corazón sabía que era verdad, que su mejor amigo se había ido para siempre. Finalmente, decidió tocar a la Jean anterior, sabía que era la mejor opción por el momento y además no sabía qué más hacer. Lentamente se fue acercando a la otra Jean, y la tocó; sintió como la electricidad recorría su cuerpo, comenzaba a invadir un pensamiento, un pensamiento que comenzó a crecer, hasta que solo podía pensar en lo mismo, en la misma persona, en sí misma. 

 

Era caer en la tentación de prometer que estaba bien, pero en realidad no lo estaba, la culpa era evidente, las razones muy pocas, cierra los ojos y vuelve a tocar a su otra ella, todo el humor previo desaparece, el aire parece espesarse y sus dedos viajan de su mejilla hasta su mandíbula, sus recuerdos se movían demasiado rápido en su mundo y ella quemaba tratando de seguirlos su pregunta era ¿después de la lluvia sale el sol cuando puede haber un rayo? Ella podía con cualquier cosa pero no con ella misma. 

 

No podía con su propio cuerpo, todos sus pensamientos de extraña procedencia la estaban lastimando, ahora estaba en un lugar extraño, en un cuerpo que había visto toda la vida pero, hoy más que nunca le parecía ajeno a ella. Solía amar, solía amarse, ahora solo ama el recuerdo de un dia que no pasa, de una vida que no ha vivido, de la idea del día soleado que sonríe a la muerte, eso es ella, ama la muerte y su vanidoso y doliente corazón le sigue esperando, esperando la navaja que le atraviese, la mano temblorosa que grite su último adiós. Ese adiós que lleva tanto tiempo resonando en sus oídos, ese adiós que en realidad lo está buscando desde aquel día, ese adiós que le provocó a su fiel amigo, su alma se empieza a abrir dando paso a todos esos sentimientos reprimidos, furia, tristeza, soledad y odio, odio hacia ella misma, ese odio con que al final ella misma se dará su adiós.

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Escrito por todo el CLUB CUIDADORES DE HISTORIAS

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STICH

 

No esperabas que la cacería fuera tan larga, no puedes regresar con las manos vacías, después de todo eres la mejor cazadora del virreinato de  La Nueva Granada, la colonia está empecinada en extinguir las ninfas que habitan estas tierra, y tú estás tras las pistas de la última de ellas.

Comenzaste el viaje en las afueras de la recién fundada Bogotá, poco a poco va creciendo y acabando con los humedales en los que esos incivilizados vivían.

La ninfa Sitch de los bosques sigue escondiéndose lo cual no ha facilitado su trabajo, por eso te enviaron a ti, de otro modo seguirás en tu casa pensando que presas tendrán estas nuevas tierras, hasta hace poco desconocidas y que todavía no acabamos de conocer.

El pasto bajo tus pies está mojado por las lluvias que azotan el humedal en el que estas. Hasta llegar aquí nunca habías visto tantas plantas diferentes juntas en un mismo espacio.

Después de tres días buscando finalmente la encuentras, su cara es hermosa y su vestido parecía hecho de las hierbas que hay en el piso. Pero sin duda lo más llamativo de Sitch eran los dos cuernos de ciervo que salían de su cabeza, los primeros exploradores siempre confundían las ninfas con demonios y esa opinión no cambió cuando estas comenzaron a defender sus tierras.

Sacas una flecha de tu carcaj y la pones en tu arco, aunque ahora todos prefieren sus armas de fuego tu sabes que no tienen la sutileza suficiente.

Cuando estás a punto de soltar la cuerda ves que se da la vuelta y te dice con la calma que solo una montaña puede tener “disparame si quieres pero si lo haces la historia de estas tierras será sombría y sangrienta”

“¿De que estas hablando?” le preguntas aflojando un poco la tensión acumulada en la cuerda.

“Es muy simple querida, mis hermanas y yo mantenemos a raya a los enviados de Chia el dios de la maldad, pero ustedes mataron a mis hermanas y ahora soy lo único que evita que se despedacen los unos con los otros” consideras sus palabras pero sabes que si regresas con las manos vacías serás el hazmerreír de los demás cazadores y ninguna otra mujer podrá cazar en estos bosques, así que apuntas al corazón de la ninfa y disparas.

La flecha se hunde lentamente en su pecho “no sabes lo que has hecho” te dice antes de desaparecer en un montón de hojas dejando únicamente sus cuernos en el pasto, los atas y los pones en tu espalda, ya nunca dirán que una mujer no sirve para cazar la presa que sea.

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Escrito por Juan Miguel Lopez Arroyo

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ISH Y EL DEMONIO

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Rojo, sangre, amor y corazones

Azul, agua, dolor y pulsaciones

 

El libro negro lleno de polvo estaba estático en la mesa de la sala, el demonio estaba sentado y el fuego de fondo se escuchaba, al lado derecho se encontraba la puerta hacia el balcón y la salvación, y al izquierdo la puerta hacia el barranco de perdición

 

El demonio volvió a repetirlo:

Rojo, sangre, amor y corazones

Azul, agua, dolor y pulsaciones

El verde es la verdad y la mayoría la anhela sin pensar

El morado es la envidia y si no la vigilas te comerá

 

Ish miró de nuevo al demonio, agarró el libro negro y sintió a los espíritus acariciar su corazón

El demonio se puso de pie y con sus ojos azules la miró y continuó:

La traición ha robado tu vida, Ish, sabes que no hay salida, dijo el demonio

Saint la había vendido, la chica de cabello morado la había mandado a lo más profundo de aquel oscuro mar azul

Ish bajó la cabeza y habló

Lo siento, dijo, me hubiese gustado estar más tiempo aquí, pero al final Danub tenía razón

Después subió la cabeza y lo miró directo a los ojos, entonces dijo

No importa cuán oscuro, ni doloroso ni dudoso... el negro siempre es la mejor opción, que pesar que no puedas ver mi elección

El demonio abrió los ojos y respondió

No hay negro, no hay ningún libro negro

Estás seguro? Dijo ella sonriendo

En ese mismo instante agarró el cristal blanco que estaba en su bolsillo, ese que solo servía para está situación  

 

Miro al demonio a los ojos, cruzó la sala hasta él Y agarró su corazón, entonces dijo

Rojo, sangre, amor y corazones

Azul, agua, dolor y pulsaciones

El negro es la nada o el blanco lo es? Preguntó

El negro lo es todo y al mismo tiempo no lo es

El blanco es lo puro y lo puro tu terrible final

 

Retrocedió dos pasos con su corazón en mano, tiró el libro al piso abierto en la página 116 justo frente al demonio y clavó el cristal justo en la mitad de su corazón

 

Todo brilló en ese momento y entonces acabó

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Escrito por Ana Linett Barillas Cárdenas

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CARTA A UN CADÁVER

 

Porque, eso es lo único que me pregunto, que desencadenó este trágico hecho, que historia hay detrás de tu muerte, que susurra tu cadáver, cuales fueron los eventos que nos trajeron hasta aquí, tu sangre muestra el pasado, las anécdotas del ayer, tu mismo te llevaste a la tumba, cada movimiento era una flor más en tu sepulcro, solo quiero entender porque buscaste tu propia muerte, por dentro anhelabas morir, implorabas ser asesinado; de una manera trágica y dramática es que te fuiste de este mundo, tal y como lo deseabas, fuiste noticia, fuiste tendencia, la leyenda de tu muerte, la historia de un asesinato, esa es tu anécdota, y por lo que serás recordado, te hice un favor al matarte, tus acciones gritaban que lo hiciera, mi corazón rompiste y yo rompí tu alma, rompi tu cuerpo, tu sangre se llenó en mis manos, yo te hice historia, yo cree tu escencia, cree la historia que en esta carta se encuentra.

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Escrito por Isabella Barrios Gómez

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